Amanece en mi larga noche,
cálido saludo en montañas,
brilla y ondea, me propone,
depierta dama, levanta el alma.
Lejos quedan sedantes viajes
donde mi sangre marcha lenta,
y mis ojos no responden,
mis manos frías, se envenenan.
Aciago camino, pestilente senda,
recuerdos y astillas similares,
busco el sol, guía ardiente,
sácame la estaca a bocados, sácala.
Rojo fuego centellean las heridas,
hermosas manchas te dominan,
mándame la luz de tu mirada,
cúrame de ésta, mi penura.
¡Ay! Cómo duele esta soledad,
me escuecen las marcas de la noche,
te echo de menos, en la mañana,
haz que las horas no se prorroguen.
Llega ya, atisbo del alba,
formando arcoiris de sonrisas,
brotan los gestos en mi rostro,
ya por fin, conmigo, sol mío.
-La Dama de los Cuervos-
17-09-2011 (14:47h.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario