No hay consuelo, no se detiene
ríos estígios de almas cargados
derroche de furia, queda patente
rostro hinchado, ojos morados.
Caen sin cesar, penas hundidas
retozan astilladas, clavadas
camino marcado y piedras perdidas
tropiezo y caigo, quedo arrastrada.
No hay consuelo, no hoy
agujeros sin fin, rojos carmesí
sangre hielo, fría estoy
estacas siento dentro de mí.
Estallo... gritos y alaridos,
rompo a llorar... me quemo,
me rompo por dentro... quejidos,
no hay nada... deshechos podridos.
No hay consuelo, sin sonidos bonitos
melodías ausentes pasean suavemente
silencios gritones y ruidos armónicos
callada quedo, abandonada pacientemente.
-La Dama de los Cuervos-
21-06-2011 (22:14h.)
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