Siempre doliente, la bestia durmiente
moribunda reanima, la desgracia reviva
ponzoña hiriente, aguijones hirvientes
astillas a sangre, clavadas son tantas.
destrúyeme, no me dejes viva
rompe mi ser, rasga mi vida
sangra la piel, profunda la herida
controla el poder, a mi me tortura.
sangre... roja carmín, negro fluido
dolor... miembros remendados
dolor... arráncame lo encerrado
en la caja, potentes latidos.
marchan las ánimas, lento paso
marchan velando, con palas despacio
entiérrame, bajos metros aullando
déjame, a mi suerte llorando.
-La Dama de los Cuervos-
28-05-2011 (21:04h.)
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