Desgarra por dentro en las tripas del averno,
repta y huye en las venas de la bestia,
calma, dolor... calma, dolor... calma, dolor...
camina a zancadas penetrantes.
Pitidos y estruendos ensordecedores,
silencios y susurros punzantes
latidos, pon pon... pon pon... pon pon...
constante tic tac insoportable.
Torpes ejércitos marchan con espadas
rasgando el camino, rasgando las penas,
cánticos y paso bien marcados,
rastro de sangre, legión del dolor.
Aprieta que no es suficiente,
tensiona los músculos fuertemente,
parece que no duele, parece que muere.
-La Dama de los Cuervos-
12-07-2011 (14:20h.)
Bello y desgarrador poema.
ResponderEliminarAsí así, desgarrador, no hay nada peor que un dolor de oídos.
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